Esta es la segunda recomendación que se debe tener en cuenta a la hora de realizar terapia física para el tratamiento de personas que sufren de Síndrome de Parkinson.
En el entrenamiento de la marcha, el paciente debe recibir instrucciones claras y concisas. Es preciso trabajar la marcha en todos los aspectos, y clarificar los patrones de marcha que luego el paciente puede evocar mentalmente.
La rigidez dificulta el movimiento automático de balanceo de los brazos al caminar. El balanceo de los brazos tiene una función reequilibradora muy importante durante la marcha. Para facilitar este movimiento es importante “liberar” las dos cinturas: la escapular y la pélvica. Una forma fácil de hacerlo es llevar en la mano un objeto que pese un poco, por ejemplo unas llaves.
Usar de pistas sensoriales es útil bastante útil. Muchas personas con Enfermedad de Parkinson presentan dificultades para andar correctamente y, sin embargo, pueden realizar un determinado paso de baile sin dificultades. Les es más fácil subir escalones que caminar. El ritmo y la altura del escalón actúan como pistas auditiva y visual, respectivamente. Las pistas sensoriales pueden ser internas, generadas voluntariamente en la mente, o externas, generadas por un estímulo externo (metrónomo, haz de luz, líneas paralelas en el suelo).
En el siguiente video podemos ver el uso de estas pistas en la terapia.
(video tomado de http://www.youtube.com/user/movimientoendosis)
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